lunes, 28 de abril de 2014

31 de diciembre de 2011


Una mota de polvo que no vemos cae casi en pausa,
rompe sin peso el aire y nos invade con su presencia.
Es frágil en su camino alado, pero poderosa en esencia.
Es sordo el sonido que emite pues sólo podrías escucharlo desde dentro,
pero palpita, se siente latente.
Es nuestro amor, sencillo pero complejo, vuela tranquilo, delicado pero con fuerza.
Es unión y empatía, destreza y sincronía, es aprendizaje y sabiduría.

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