Ella se impregna con la húmeda serenidad del viejo bosque,
respira el misterio del camino que le
conduce a ninguna parte,
siente bajo sus pies el frío que le da vida,
quiere escapar y no sabe de qué,
quizá del ruido de la ciudad.
quizá del ruido de la ciudad.
Avanza en búsqueda de la sincronía
consigo misma;
la naturaleza, su propia naturaleza.
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