Camino con los dedos de los pies,
con cuidado y sin hacer ruido,
como tecleando el viento
que me lleva sin empujar
y ve el presente pasar.
Nado cuan aleta sin pez,
me deslizo sin chapotear.
Miras y me ves por dentro,
ondulando,
a un centímetro de reaparecer.
Y es que hoy he vuelto a nacer,
no tengo rumbo
y a nadie importa,
pues mi comienzo hoy avanza golpeando el aire
que tú a punto estás de respirar.